miércoles, 7 de julio de 2010

Página del Diario de Antonieta

7 de Julio de Cualquier año / Diario de Antonieta

Querido Diario:

Hoy he venido corriendo a tí. Los duendes punzantes en los que se han convertido mis pensamientos no me dejan tranquila. Tus páginas se han vuelto mi sacerdote y confesionario. Es que ya no puedo hablar, es que cuando hablo las palabras se invierten y mutan descontroladamente, es que cuando existen palabras sus letras corren lejos de mí...y yo corro hacia tí, querido Diario.

Ayer soñé que iba al zoológico y subía en un tren gigante. Me senté en el primer carril, sola, y me coloqué el cinturón de seguridad. El viaje iba bien. El tren se deslizaba suavemente sobre un carril de colores. Luego vino una pendiente y como a la mitad había una columna que cortaba el camino. A unos metros de llegar a ella el tren comenzó a acelerar muchísimo. Me di cuenta ahí de que era un joven quien conducía el vehículo desde la parte trasera, con los ojos vendados y riéndose delirantemente. Sentí mucho miedo. Veía que nos acercábamos tan rápido hacia esa columna...cuando ya estábamos a menos de un metro, el tren hizo un movimiento brusco; saltó del carril abriéndose hacia el vacío y luego, después de pasar por el costado de la columna, volvió al carril y siguió avanzando tranquilamente.

Mi corazón estaba saltando. Esta noche no descansé. Este día no descansé. Ni ayer, ni antes de ayer, ni...ya no sé cuando fue la última vez, de día o de noche, es igual. Saber que no estoy tan podrida como creía y que aun tengo una oportunidad para hacer las cosas bien no me ha reanimado como esperaba, todo es como mas lento y vacío. Leo páginas atrás y he escrito "lento y vacío" tantas veces y de tantas maneras...

En la mañana intenté usar toda esa carga que me dejó el sueño para hacer un cambio. Quería llegar al trabajo y decir "buenos días" a todos con una sonrisa. Quería de una vez por todas saludar a mi vecina a quien tantas veces he esquivado. Quería dejar de usar uñas postizas por mi mala manía de morderme las uñas. Quería cortarme el cabello, teñírmelo de un color más claro, rizarme las pestañas y pintarme los labios de rouge. Quería decirle "gracias, que tenga un buen día" por primera vez a mi taxista que me lleva y me trae los jueves y viernes desde hace dos años. Quería sacar todo mi sueldo del banco y comprarme muchas cosas. Quería llamar a Mariela, mi mejor amiga de toda la vida y a quien dejé de hablarle hace un año y medio porque simplemente lo dejé de hacer. Tenía muchas fuerzas que me dio, en forma de susto y fuertes latidos, aquel tren descarrilado de mi sueño. Quería hacer muchas cosas hoy, pero...aquí me tienes Diario, escribiéndote una noche más de mis intensiones y de mis "quería".

Fiiiuuuffff! mira la hora que es! Será un día largo, es mejor que intente cerrar los ojos. Tal vez hoy sueñe con un avión en llamas.


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